América Latina concentra el 8% de la población mundial y el 33% de los homicidios del mundo
Ante la propuesta de reformar el artículo 10 constitucional, así como el 15 y 16 de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos el Senador Mario Delgado Carrillo aseguró, tajantemente que de aprobarse se estaría cometiendo un grave error por parte del Legislativo, ya que la iniciativa asume erróneamente que legalizar las armas para la “legítima defensa” significa más seguridad, cuando las cifras cuentan que la violencia y las muertes aumentan.
Retomó las aportaciones hechas por especialistas en foro sobre el Control de Armas y su Gestión de la Violencia y la Delincuencia, una Mirada desde Brasil y México en donde se indicó que en el tema de posesión de armas cuando se tienen legislaciones laxas se presenta un incremento de asesinatos, violencia doméstica y robos así como otros crímenes.
Agregó que diversos estudios muestran que la proliferación de armas ha sido catastrófica para América Latina, pues a pesar de contar tan sólo con el 8% de la población mundial, representa el 33% de los homicidios del mundo.
“Permitir el uso de las armas para una ‘legítima defensa’ sería contraproducente, estamos escalando el problema para aumentar las muertes. No podemos permitir que por portar un arma una riña automovilística acabe en un tragedia”, ejemplificó Delgado Carrillo.
Expresó que a violencia no es un fenómeno innato o natural en América Latina, es un problema multifactorial que se da por la inequidad y la presencia del crimen organizado, pero que explota por la disponibilidad de armas de fuego.
Citó la investigación del profesor David Hemenway, de la Universidad de Harvard en la que entrevistaron a más de 300 investigadores especializados en
criminología, control de armas y prevención de la violencia, de los cuales el 72 por ciento concluyó que un arma en el hogar, lejos de traducirse en mayor protección para la familia, aumenta el riesgo de homicidios intrafamiliares.
Además que el 73 por ciento de los investigadores determinó que las pistolas no se utilizan para la autodefensa, sino para la delincuencia, mientras que el 62 por ciento sostuvo que las leyes de armas más permisivas no han reducido las tasas de criminalidad.
“Brindar armas a la población en un país con pendientes en crecimiento económico y empleo, así como debilidad institucional y falta de aplicación de la ley, más que una solución es animar irresponsablemente el problema y es caldo de cultivo de la violencia y el crimen”, expresó Delgado Carrillo.